El Merkabah con sus anillos es una red en
construcción bajo el efecto de la subida de la conciencia de unión del ser humano con la
humanidad entera. Es la red luminosa de solidaridad de la conciencia que estamos todos
hermanos y hermanas, proviniendo del mismo arquetipo y del mismo
Principio Creador. Nuestro reto común es de revelar su potencial a
través nuestras relaciones. Nuestra investigación es pues un enfoque
global a partir de este
movimiento solidario de la humanidad hacia su conciencia de unión.
Se puede comparar la red energética-espiritual de la tierra con la red de
nuestro cuerpo. Los anillos forman los grandes canales dorsales que conectan
los 7 centros principales de nuestras energías, los chakras. Entre ellos, hay, a diferentes niveles, redes
locales con subcentros, o nadis y
subnadis, de energías. Tienen un vórtice de recepción y de emisión de ondas
particulares como hay numerosos sobre la tierra. Con la evolución de la tierra,
estos centros evolucionan de ventaja que los centros del cuerpo humano donde la
evolución se desarrolla a bese de un arquetipo universal, más constante. El
arquetipo planetario es más complejo. Conectado con el arquetipo humano, está también
sometido a influencias de otros arquetipos del universo que deberían absorberse
a medida de la evolución de la vida sobre la tierra. Hay también distintos
niveles de vórtices o centros según el nivel de nuestro enfoque.
Así, hay la rejilla cristalina elaborada según
las actividades electromagnéticas por los científicos rusos Goncharev, Makarov
y Morozov (http://www.spirit-science.fr/doc_terre/grille2.html#mozTocId206360). La complejidad de las variaciones, causadas por
la vivacidad energética de la tierra y los cambios de las relaciones entre sus
distintos niveles, incluso extraterrestres, yendo de la física al espiritual,
explica la cantidad de los centros mencionados por distintas fuentes de
investigación. Estas variaciones explican también que viejos centros pueden
perder de importancia y desaparecer incluso en favor de nuevos centros que se
realizarían.
Un trabajo de síntesis debería poder aclarar cómo todo se imbrica
en un sistema vivo y evolutivo a diferentes niveles de una realidad a la vez material
y espiritual que revelará cada vez más la perfección de un plan que va aún más
allá del entendimiento del ser humano actual.
El anillo crístico-búdico de luz
espiritual, que une el vórtice al norte de la tierra con su contrario al sur,
encima de Antártida (corresponde a la cumbre de la cabeza de la tierra (7 °
chakra), hace un giro completo por año del este al oeste, siguiendo los solsticios y equinoccios al ritmo del zodiaco. Al momento de los equinoccios se encuentra
lateral de la tierra en relación del sol. A los momentos de los solsticios se
encuentra en línea recta opuesto al sol.
Por la rotación de la tierra,
todos los puntos de la tierra pasan una vez por día bajo este anillo. Así, transmite
a cada uno las cualidades angélicas específicas según su nacimiento y
sensibilidad como nos explica el Gran Libro de las Invocaciones y
Exhortaciones de Haziel. El anillo
estimula no solamente el despertar de la conciencia crística individual, sino
también la conciencia colectiva de la unión de toda la humanidad.
Del solsticio de invierno hasta
el solsticio del verano, la luz solar está subiendo en la parte norte de la
tierra y baja en la parte sur. En este periodo hay un crecimiento de energía de
liberación y de evolución de la elevación de la vida en el tetraedro piramidal
que tiene su cumbre al norte y su base entre el centro energético básico 1
sobre África (encima del lago Victoria), el contra-centro 3b del plexo (encima
de Hong-Kong) y el centro de 6 alta
menor (o de síntesis de la cabeza) en América del Sur (encima del lago Titicaca). La energía que
entra estimula el anillo de la expresión de las nuevas energías por su impacto
sobre la abertura del despertar y de la elevación de la conciencia humana.
Es al rededor el solsticio del
verano, con la llena luna de junio, que la influencia de esta luz espiritual es
la más fuerte sobre el anillo de armonización. Cruce de manera lo más intensa
el punto lo más elevado del centro 4 del corazón de la tierra que corresponde
con Força Real. Eso cuadra perfectamente con el significado de la máxima influencia de
las fuerzas de luz espiritual alrededor de las llenas lunas de mayo (Wesak,
Visaka: autoconocimiento) y de junio
(Cristo: (Prakasatya o prakasha-satya: luz de verdad)sobre la conciencia de
la humanidad.En mayo el anillo crístico-búdico parece cruzar
la zona encima de Jerusalén en la energía de Gemelos o del reconocimiento y en junio encima
de Força Real en la energía de Cáncer, que es la energía del despertar de la
masa o de la conciencia colectiva.
Del solsticio de verano hasta el
solsticio de invierno hay inversión del sistema. La luz del sol baja en el
norte para intensificarse en el sur. En este periodo hay una intensificación
profunda de integración y de involución de las energías. Pasan en el tetraedro
piramidal desde su base invertida entre el
centro 2 del fuego sagrado (encima del Mar de Banda), el centro 5 de expresión
(encime del Golfo de Méjico) y el centro primario 3ª del plexo (encima de Bagdad) en dirección del centro 7
encima de Antártida. Eso estimula el anillo de la integración de las nuevas
energías por una interiorización de la conciencia hasta en la materia.
Hay entonces alternancia entre
un ciclo de recepción y de integración o elevación espiritual de las energías
de la tierra. Hay un paralelismo entre los
anillos, el trópico del Cáncer, el trópico de Capricornio y el ecuador.
No obstante estas variaciones,
la energía crística fluye siempre en los ambos sentidos de los tetraedros pero
no de la misma intensidad direccional y con los mismos efectos sobre la
conciencia humana. Pero todo movimiento tiene su efecto sobre el conjunto de la
conciencia de la humanidad.
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