El fondo de la crisis actual del mundo es su
falta de coherencia en todos los
ámbitos de la vida. Pesa como une fuerza colectiva y ciega sobre la humanidad.
Crea confusiones y conflictos. Por un lado está la rigidez de un espíritu conservador y dogmático que
idealiza sin discernimiento el orden ya pasado. Por otro lado hay un liberalismo desenfrenado de un espíritu
idealista personal y grupal, que
anticipa la perfección de la vida, generalizando
la proyección de la visión de sus propias ideas como ideal para todos. Por un
lado necesitamos la enseñanza de
nuestras experiencias para incluir la justificación de un cambio de los acervos
del pasado. Por otro lado nuestros ideales serán irrealistas e ineficaces cuando
no preveemos sus consecuencias en la evolución del conjunto de la vida humana.
Es difícil para la mente analítica unir estos dos polos que parecen
incompatibles.
Esta falla de coherencia en nuestra visión de la
unión de la vida incita a muchos de entre nosotros a actuar sobre todo según
nuestra sensibilidad. Nos empuja a limitar nuestras acciones en primera
instancia para obtener solamente lo que comprendemos como nuestros intereses y
prioridades sin tener cuenta a los demás. A veces damos más importancia a los
valores del pasado, a veces más a los ideales
proyectados en el futuro sin confrontarnos con las necesidades
reales de la evolución del momento
presente. En este contexto nuestras convicciones, nuestros ideales y nuestro
papel, se dan generalmente por más saludables e importantes que los de los
otros. Tenemos pues tendencia a ignorar a los otros y no escucharlos debido a
la fe y las convicciones particulares que ya vivimos en una verdad espiritual y
religiosa aparentemente superior. Esta falta
de solidaridad y de mirar más allá del horizonte de nuestra propia mente
limitada, para intentar incluir y
facilitar el papel de los demás, nos trae fatalmente, frustraciones,
distorsiones, injusticias y conflictos. Alimenta la masa de las fuerzas ciegas
y manipuladores en la sociedad. Se explica con nuestra ausencia de una conciencia colectiva que converge hacia la unión y la coherencia entre los
diversos papeles y expresiones de la vida.
En realidad, exigimos de una manera egocéntrica,
individual o grupal, que el otro venga ante todo hacia nosotros y acepte primero el escucharnos, sobre todo
cuando tenemos fama, diplomas o un papel
de responsabilidad oficial. No quiere decir que haga falta permitir que se
pueda explicar cualquier cosa en cualquier momento. Hay un tiempo para todo.
Pues, toda forma que monopoliza la comunicación como condición
previa de sumisión es una forma de abuso de poder y de no respeto a los
valores humanos. Hace que la comunicación
solidaria entre iguales sea difícil, incluso imposible. Expulsa los valores
universales de la vida que tenemos todos sembrados en nuestros corazones como semillas de la luz de la verdad que el
fundamento de nuestra vida es nuestra participación en su unidad. Así, la unión
fraternal de todos los seres de todos los universos existe por encima de
nuestras convicciones y diferencias desde el principio de la creación. Nuestra
unión es la esencia de la Gran Fraternidad Universal y es la razón de nuestras
vidas. En la evolución individualista de su mental, el ser humano ha
olvidado casi completamente esta realidad que formaba parte de las enseñanzas
espirituales tradicionales de civilizaciones olvidadas.
La búsqueda de esta unión con respecto a la confección de los distintos
papeles y niveles de expresión de nuestras vidas es el sentido y el objetivo de
la ciencia y conciencia de síntesis.
En realidad, es el verdadero sentido pluridimensional y espiritual de la
palabra “ecumenía”. Su objetivo es habitar de manera solidaria y
fraternal como una familia unida, en la casa tierra bajo el mismo techo celeste (oiko' oumene, parte habitado).
La verdadera interpretación de esta palabra
va más allá de una interpretación religiosa estricta. Tiene también una
connotación cósmica.
Estamos iniciándonos en la maestría de la ciencia y conciencia de
síntesis. Ya sea el papel de un avatar mundial anunciado o de un maestro
espiritual europeo, todavía no reconocido mundialmente como tal, y su relación
con el retorno del Cristo y del espíritu de Jesús. Mientras tanto, el propósito
de nuestro trabajo de síntesis es muy realista y claro: transformar la división del mundo en armonía mediante la creación de
una conciencia colectiva de solidaridad en la perspectiva de realizar
concretamente la restauración del plan divino para la humanidad. Concretamente es la restauración del plan
de la Gran Fraternidad Universal. Gracias a la toma de conciencia colectiva
de que la humanidad forma un solo cuerpo,
como Jesús decía, con una diversidad de niveles de conciencia y de
papeles, será posible que todos los hijos e hijas de la tierra quieran de nuevo unirse en la paz del Espíritu Crístico del Principio Uno de la vida, por encima de sus particularidades
individuales, familiares, regionales, nacionales y continentales en el respeto a
los valores humanos universalmente reconocidos por la unión de sus naciones.
El mundo necesita pues un cambio de conciencia. Poner de
manifiesto que nos indignamos por las injusticias que causan las incoherencias en el
mundo, no es suficiente para que ellas cambien a tiempo, antes de que acontecimientos destructivos y fatales nos recuperen (a causa de previsiones
proféticas no tenidas en cuenta). El ser humano, responsable y consciente de esta
situación de bloqueo no tiene otra solución pacífica que la de emprender acciones de convergencia, que unan a las personas y
grupos dispuestos a unirse en alianzas voluntarias y concretas de
solidaridad. Demanda simplemente estar de acuerdo en trabajar de una manera
solidaria y libre para la transparencia de la
vida, mediante una armonización progresiva entre todos los seres humanos. Además, la transformación positiva y progresiva de la vida diaria no puede hacerse sino gracias a la simplicidad,
la claridad y la verdad de este objetivo.
Sera solamente con la simplicidad de un espíritu
solidario de una unión concreta y creciente, que podremos abrir la puerta de la
comprensión total del camino que nos conduce hacia los
distintos niveles y moradas del Espíritu de Verdad. Nuestro mundo actual parece
ser como un espejo nebuloso. No
obstante, se encuentra en el momento crítico del desafío de su efervescencia para
formar, gracias a nuestra unión, un nuevo punto de luz sagrada (como planeta sagrado conectado a Venus) del universo (la unión en
nuestro mental o su acción de síntesis revela el secreto de crear gracias a la
reacción transcendente del poder fusional
que genera). Nuestro planeta volverá así a ser de nuevo una baliza
(//valiza) de liberación en nuestra ascensión hacia el Punto Omega de nuestra unión transcendente individual y colectiva con
nuestro Principio Creador común. Es el principio de la revelación del camino común hacia el Padre que Jesús anunciaba hace
dos mil años.
Este movimiento de acciones de convergencia recurre a un mínimo crítico
(como fermento) de grupos y personas interactivas, dispuestas a formar una visión de síntesis o de unión en
cumplimiento de las diversidades humanas. Una mayor coherencia de solidaridad
en el mundo pide que se realicen investigaciones sobre el valor de todas sus
diversidades. Mediante una crítica
positiva podríamos comprender mejor las
lecciones de la verdad de los valores de
amor y sabiduría de cada uno. Debemos proyectarlos en el marco del servicio
que prestan al mayor bien del conjunto de la vida en la tierra. Se trata de
valorizar la diversidad en función de los valores humanos universales,
compartidos por las Naciones Unidas por encima de las diferencias de religión,
nación, raza, cultura o historia personal. Figuran en nuestras vidas como igualdad (//bondad), libertad (//dulzura), fraternidad (//paz), solidaridad (//armonía), verdad (//autenticidad), amor (//síntesis, unión diversidad) y sabiduría (// celebración-creatividad). Esta
valorización de servicio es también valido para todos los reinos de la vida
planetaria.
Estos valores deben encontrar su
aplicación más concreta en unas relaciones más justas con nosotros mismos, el otro
y el medio ambiente. Supone el dinamismo de un plan concreto
de convergencia con un programa de
armonización mundial concreta, flexible y evolutiva. Indicaría progresivamente el
desarrollo de un nuevo estilo de vida que permitiría a cada ser humano compartir
en las necesidades primordiales de la vida (salud física y espiritual, alimentos, techo y
garantía de la expresión de su potencial o talentos). Su primer objetivo
ya no podrá ser el crecimiento de un sistema económico que domina a toda
actividad humana pero con provecho de una manera injusta para una minoría, que
necesita un crecimiento incontrolado y ciego de la población, del dinero, del
trabajo hecho solamente con la perspectiva de producir y consumir sin límites,
sacrificando nuestra supervivencia en la tierra. Su primer objetivo sería actuar buscando el equilibrio material y
espiritual del bienestar de todos.
Reorientaría los objetivos actuales
de las actividades humanas hacia una mayor coherencia y respeto y el verdadero
sentido de la perfección de su naturaleza divina. La regla de conducta sería “no hacer
nada” que se oponga al proceso solidario de armonización de las relaciones
humanas. El incumplimiento establecido de esta regla debería llevar hacia la
obligación jurídica y moral frente al mundo de restituir los daños causados, si fuera necesario con ayuda y guía.
El nuevo tiempo pide trabajar abiertamente,
con toda claridad y autenticidad, en ningún caso contra el viejo orden sino en la perspectiva de elevarlo con respeto. Nos
llegó claramente que es necesario actuar en una forma asociativa tan libre,
flexible, interactiva y participativa como sea posible. Debe ser capaz de
adaptarse directamente a las circunstancias y exigencias del momento para poder
superar los bloqueos de los condicionamientos y esquemas fijos, demasiado
inmóviles y exclusivos de los poderes del orden viejo. En nuestras convivencias
nos llamamos simplemente “grupo de luz
(de los hermanos y
hermanas de la tierra)”.
Trabajando en la elaboración del espíritu de síntesis para el mundo, se
nos revelaba la concreción del propósito
divino que se invoca en la Gran Invocación, mundialmente conocido. Hay muchas
buenas iniciativas y muchos cambios positivos en el mundo. Pero, sin embargo muchas de estas obras espirituales no
estimulan suficientemente de una manera directa y concreta la elevación (salto)
del mundo hacia una conciencia colectiva viva de unión concreta.
La fuerza del Espíritu de Verdad llama al realismo de una vida más
interactiva. Se comparte, se convive, colabora y se comunica en la perspectiva
de la investigación de la elevación del verdadero sentido de la vida para
todos. Nada puede ser impuesto, sino
des-cubierto probado y creado en relación al conjunto de la
evolución permanente de la vida. El plan de convergencia solidaria no conducirá hacia una forma simple de sincretismo
de dogmas, reglas, ritos y conceptos particulares a los cuales se podrá dar
una etiqueta de universalidad. En
realidad, un buen vino no necesita etiqueta salvo para ignorantes. Eso implica reconocer el valor de las diferentes expresiones y
revelaciones de la vida para abrir nuestra visión sobre ellas y armonizarlas,
si es necesario, con la perfección de la unión fraternal entre todos.
La realización de una Gran
Fraternidad Universal necesita de una
red interactiva de referencias concretas de solidaridad en diferentes niveles
que reconozcan el principio participativo activa de cada uno para la
unión de la vida. Formará al mismo tiempo la base de la exteriorización de
la jerarquía espiritual y religiosa del mundo, anunciado por el maestro
tibetano, Djwahl Kuhl. En realidad, la jerarquía eclesiástica romana actual
puede ser comprendida como un primer modelo que debería evolucionar constantemente
en el sentido de reconocer que todo servidor del mundo tiene un papel
consagrado de sacerdote (Apocalipsis:
5, 10 ) Jerarquía no quiere decir poder imponerse al otro, tan poco a base de
una mayoría. Es en primera instancia el
reconocimiento del orden de los distintos niveles de conciencia a través de
quienes pasamos para servir, guiar y enseñar el camino de la perfección de la
unión entre todos. Dan progresivamente la capacidad de valorizar las
diferencias de la vida en su justo nivel de servicio a la revelación de la
verdad última de amor y sabiduría.
Necesitamos referencias que sean, por encima de nuestras diversidades de
conciencia y de visión, a la vez movimientos
universales de solidaridad mundial, accesibles a todos, y a la vez centros como plazas giratorias (como nuevos bancos
interactivos de la vida) que comunican y enseñan las experiencias y el progreso
de convergencia de la humanidad, directamente anclados en la vida diaria, entre
otras.
Que su esencia sea que operen de
manera interactiva entre ellas como una red solidaria de las diferentes escalas
evolutivas de la comprensión concreta de los seres humanos de que todos forman
parte de una única conciencia de unión. Lo que provocará finalmente un big bang mundial de fraternidad real. La
realización de la Fraternidad Universal es realmente la restauración del plan divino
original de Luz (sabiduría), Amor y Poder (de unión) para la evolución de la
humanidad.
La humanidad necesita efectivamente nuevas formas de unión para poder
transformar las amenazas crecientes de su supervivencia hacia una vida más
alentadora de abundancia y alegría para
todos. Por eso la importancia de generar esta nueva fuerza cantando el himno de la alegría (Beethoven) que
existe en palabras españolas. A pesar de mucha buena voluntad y buenas
intenciones de muchas personas, grupos e instituciones, deberán cambiar su
actitud de permanecer cerrados en su papel particular, como los únicos y los
más importantes. Hay como en nuestros cuerpos una jerarquía de papeles según el tiempo y las condiciones de evolución
de la vida. Toda incoherencia con el propósito del plan divino para la
perfección de la unión de la humanidad da así un acento particular al mantenimiento del viejo paradigma del predominio
de discriminaciones elitistas y exclusivas. Es la causa de las crisis de
los poderes del viejo orden establecido.
Retenían el horizonte estrecho de la visión humana durante todo el último
ciclo planetario. Servía muchas veces
como excusa para imponer intereses y conceptos de transformación sin
respeto al otro, y es la causa de un sistema, acumulador de sufrimientos y
conflictos permanentes e inevitables.
El acuerdo es la esencia de la cuarta
dimensión. En concreto es el resultado de la unión solidaria que expresamos
mediante nuestras relaciones. Es la base del salto cuántico. La solidaridad fraternal transforma los límites de nuestros
automatismos de pensar y actuar, según los modelos del mecanismo cuántico del
pasado, en una interactividad cualitativa superior, más directa y
participativa, abierta y flexible. Rápidamente estimulará la expresión del potencial
de nuestra autenticidad (o unicidad) que es lo propio
de la quinta dimensión que nos libera de los efectos automáticos o fatales (llamados
Karma) de las rupturas que hayamos provocado en el pasado (bloqueos, exageraciones,
deviaciones y destrucciones de nuestra
unión con la vida que nos quebrantaban nuestro acuerdo con su protección
(dharma).
El acuerdo sobre la armonía de nuestras expresiones da una vibración cualitativa superior a
nuestra conciencia, fundamento de
nuestras esperanzas, fe, comprensión y finalmente de nuestra satisfacción (de coherencia), alegría (del orden), beatitud (de belleza) y plenitud (de unión). Provoca una
abertura de nuestras percepciones emocionales y mentales y por lo tanto un cambio de la cualidad de nuestra visión
individual. Se abre hacia el horizonte multidimensional de una visión
holística, a la vez global y matizada. Es
capaz de incluir de una manera justa la
plaza de servicio mutuo de todo y todos.
Para perfeccionar la vida, tenemos la libertad de dejar alimentar
nuestra voluntad con el dinamismo
positivo de la energía mediadora de la cuarta dimensión para unirnos con
todo y todos de manera más perfecta y justa
(o en un acuerdo
más perfecto). Para ser eficaces, nos hace falta aplicar o explotar
conscientemente nuestro potencial, por lo tanto que seamos capaces, con toda la fuerza de amor y de sabiduría que
tengamos al servicio de la armonía del conjunto (Jesús, la parábola de los talentos). Es
el propósito concreto del plan divino de crear
nuevos acuerdos que realizan un
nuevo estilo de vida más simple y coherente, más dinámico y creativo, más
bello y más armonioso por medio de una interactividad más solidaria y
participativa en nuestras relaciones vitales. La verdadera libertad no es el
utilizar cualquier expresión, ni el cerramiento en una atmósfera de
purificación estrecha. Che va piano va sano. Practicando formas extremas
arriesgamos el cortarnos del potencial de nuestras fuentes de vida para dirigirnos finalmente hacia nuestra autodestrucción
si persistimos.
Explicamos en diferentes mensajes el plan para la Gran Transición de la
humanidad en el blog Pangeosis: http://pangeosis-es.blogspot.fr/.
Se concretiza hasta ahora en el proyecto de la abertura del triángulo energético piramidal del corazón
de la tierra, llamada MaRoPa
(Madrid-Roma-Paris). Es el principio de una iniciación colectiva mediante una Gran Marcha
de Transformación solidaria y continua de
la humanidad hacia un mundo vital nuevo en un cielo nuevo. El triángulo MaRoPa
se sitúa entre los polos espirituales del mundo, Asia /Lhasa (indica
la tierra de los dioses) en el
Himalaya (indica el
origen de la conexión entre el cielo y la tierra con la bajada de la luz del
cielo y su oscurecimiento en la materia terrestre) y Sudamérica /Perú-Titicaca-La Paz-montaña Nevada
Illimani (riqueza
inmensa del poder de paz (del Cristo) en la luz pura de iluminación espiritual del
paraíso celestial del hombre vuelto divino o Manu, Manitú, Manesh), objetivo ahora revelado en el
camino de la vuelta del ser humano hacia las moradas du su Principio Creador (simbolismo
del gran lago con la isla del sol).
El triángulo MaRoPa es la expresión de la convergencia actual de las nuevas y
viejas energías. Haciendo la síntesis entre ellas, se revela y se abre el camino de la transformación de la humanidad
hacia una vida de paz en un nuevo
paraíso terrestre (indicado
en el libro del apocalipsis como el reino de mil años).
Para que la
conciencia de la humanidad converja, necesitamos referencias y hechos fuertes, atractivos, continuos y cada vez más abiertos a su
armonización, por encima de todo elitismo y sectarismo de sus miembros y
colectividades. Para eso tenemos como objetivo empezar a dar a cuatro lugares
de la tierra el epitheton ornans: “de la Fraternidad Universal”. En
realidad, no cambiamos o destruimos el pasado. Damos por el contrario una elevación cualitativa y significativa a la
vibración de un parte del corazón de
la tierra, reconociendo la necesidad para la elevación de la humanidad y
tener referencias concretas para elaborar su transformación. En fin, es una
continuación simple de lo que se pretendió con las construcciones de las
piedras megalíticas o la construcción de las pirámides o también de los templos
e iglesias. Se trata en primera instancia de poner las balizas para liberar nuestra adaptación al plan de
perfección de la humanidad. Después la apertura del triángulo seguirán otros
lugares y acciones y la concretización del programa según nuestros progresos.
El primer paso de
este proceso está previsto el lunes de
Pascua (28 de
marzo 2016 a las 11 de la mañana) para consagrar la montaña de Força
Real (Pirineos
Orientales, Sur de Francia), centro energético del triángulo MaRoPa.
Daremos entonces a este lugar la vibración
“de la Fraternidad Universal”.
Para realizar la fuerza real del espíritu
de fraternidad, que es la solidaridad, tenemos que mostrarlo en concreto a
través de nuestras obras.
Nos parece que el objetivo de toda persona o institución, que pretende
realizar valores espirituales universales, no puede negar el bien fundado de
este proyecto. Se inscribe en la magia
blanca de una tradición ancestral de manejar
la unión de las energías espirituales y materiales de la tierra para estabilizar el mundo o por lo
menos un parte de él (como
la posición de las catedrales). Por respeto a todos, nos parecía
conveniente e indispensable tomar contacto con ellos, en la medida del posible con
el fin de concretar las posibilidades de una colaboración “ecuménica”,
voluntaria y libre en total respeto mutuo. Pues nos pusimos en contacto con los
representantes de las grandes corrientes religiosas de la región de los
Pirineos Orientales esperando que incluyan el alcance del proyecto para la
verdad de sus propios objetivos.
Os invito a meditar sobre la plegaria que nos ha llegado para elaborar
lo que acabamos de explicar y que recitamos desde nuestro corazón y alma cada
mañana desde hace más de veinte años.
Espíritu Creador, Padre y Madre, uno en el Cristo vivo,
despierto como Buda dentro de cada uno de nosotros,
en, por y con Quien somos las experiencias de bondad, dulzura, paz,
armonía, verdad, amor y sabiduría,
Lleva nuestros deseos y voluntad
hacia el amor para tu propósito divino
para que seamos vuestra luz en la tierra,
Danos según nuestras necesidades para vivir en paz dentro de la Gran
Fraternidad de amor, perdón y compasión
Que sane el mal en nuestro corazón
Gracias por la comprensión, recibida de la luz de tu Espíritu de
Verdad, en nuestra alma.
Con un abrazo fraternal de nuestro corazón
H (ubert) a.t.ma.fr anc de Wolf
Instructor Hominorum Síntesis (IHS)
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